Lo tuyo no es el deporte precisamente. Adoras estar tumbado en el sofá, relajado, viendo una película y si es con palomitas o dulces más que mejor.

Te gusta el deporte y sueles practicarlo una o dos veces a la semana. Sin embargo, no es una actividad fija de tu agenda, lo que hace que muchas veces optes por aplazarlo a la semana siguiente.

Te gusta hacer deporte, pero sólo para cuidar la línea. Sales a correr de vez en cuando, procuras ejercitar los abdominales ocasionalmente y asistes a clases de yoga o pilares siempre que puedes y siempre que la pereza no te lo impide.

Te gusta el deporte y hacer deporte, pero no eres un profesional ni quieres llegar a serlo. Practicas deporte porque el cuerpo te lo pide, pero sin llegar a obsesionarte. ¡Eso está genial!

Te encanta el deporte, tanto que puedes llegar a ir dos veces al gimnasio en un mismo día. Tranquilo, hacer deporte está bien, pero debes conocer los límites de tu cuerpo. A veces, descansar puede ser el mejor aliado después de cualquier actividad deportiva.

¡Felicidades! Eres un auténtico deportista. Has nacido para esto y así lo refleja tu constancia y esfuerza por mantener activo tu cuerpo. Eso sí, a veces puedes llegar a obsesionarte, por lo que no centres toda tu atención en trabajar sólo los abdominales. ¡La cabeza también debe entrenarse!